A la hora de desayunar no he podido resistirme a estos
croissants tan deliciosos, que abren el apetito a cualquiera. Cuando este
verano estuve en París me entraron unas ganas tremendas de enseñarme a
prepararlos, por lo que me alegró encontrar una receta que valiese la pena. Hacía
tiempo que quería enseñárosla, ya que me encanta y al final aquí la tenéis.
Ingredientes:
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250 g harina de fuerza
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250 g harina normal
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10 g de sal
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40 g de azúcar
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25 g de levadura fresca
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280 g de mantequilla
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250 g agua fría
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huevo
Preparación:
Para empezar, mezclamos las dos
harinas, con la sal, el azúcar y el agua. Amasamos y dejamos reposar 15 minutos
tapado con un trapo.
Añadimos la levadura fresca, a la
que le pondremos unas gotitas de agua para poderla deshacer, seguimos amasando
y cuando esté bien incrporada a la masa, volvemos a dejar reposar 15 minutos
más. (Si la masa quedase muy pegajosa
podemos añadir un poco de harina)
Volvemos a amasar una vez más,
hasta que la masa supere la prueba de la membrana: cuando al estirar un trocito
de masa, esta no se rompa. Dejamos otros 15 minutos de reposo y transcurrido este
tiempo la envolvemos con film y la introducimos a la nevera hasta el día
siguiente o si queremos hacer los croissants el mismo día deberá transcurrir 1
hora como mínimo.
Sacamos de la nevera, enharinamos
la superficie de trabajo y extendemos la masa. En el centro de esta, ponemos la
mantequilla que previamente habremos estirado y formamos un paquetito.
Con un rodillo estiramos este
paquete, hasta que la masa tenga un grosor de 1 centímetro aproximadamente.
Hacemos un pliegue sencillo, cubrimos con film y lo dejamos en la nevera 30
minutos. Debemos repetir este paso 3 veces más.
Estiramos la masa hasta que tenga
un grosor de 0`5 cm y la perfilamos con un cuchillo para que se nos queden
todos los bordes rectos. Empezamos a cortar los triángulos de los croissants,
los envolvemos con film y a la nevera 30 minutos.
Transucrrido este tiempo ya
podemos ir formando los croissants, sacándolos de uno en uno de la nevera. Les
hacemos un corte en la base, y desde ahí los enrrollamos, sin apretar, y los
vamos poniendo en una bandeja de horno separados entre si. Dejamos fermentar entre 2 y
3 horas cubiertos con un trapo.
Deben estar en la nevera 1 hora o
30 minutos como mínimo antes de hornearlos, o si lo preferimos podemos guardar
algunos en el colgelador y hornearlos cuando nos apetezcan.
Precalentamos el horno al máximo,
pintamos los croissants con huevo y sal, y los horneamos a 175ºC unos 18 minutos o hasta que estén bien dorados.
Para terminar, cuando hayan
enfriado, los podemos pintar con un poco de miel diluida con agua, les da más
"vidilla".
Que pintaza tienen niña!! te han quedado maravillosos,para desayunar un domingo seria la idea perfecta para empezar un día festivo con fuerzas para disfrutarlo a tope y quedar una tan ricamente...Bess
ResponderEliminarQue ricooooooooossssss!
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