Este postre es un manjar de
dioses, tal y como consideran muchos. Tiene una extensa tradición sobretodo en
la región de Andalucía, ya que se realizaba antiguamente en los conventos,
encontrándose su origen en Jerez de la Frontera.
Está preparado principalmente con
huevos, de ahí, que me haya decantado a preparar esta receta para participar en
la propuesta del reto “Aromas” de este mes: recetas con huevo como ingrediente
principal.
Por otro lado, es uno de mis
postres preferidos que me recuerda a mi niñez. Siempre había querido aprender a
prepararlo pero nunca me decidía y al fin he encontrado la ocasión.
Ingredientes
para 6 raciones:
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6 yemas
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1 huevo entero
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250 gr de azúcar
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1 vaso lleno de agua fría
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Corteza de ½ limón
Ingredientes para el caramelo:
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100 gr de azúcar
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4 cucharadas de agua
Preparación:
Empezamos preparando el almíbar.
En un cazo, ponemos el agua, el azúcar y la corteza del limón a fuego medio,
hasta conseguir que el almíbar esté a punto de media hebra, es decir, que
cuando levantemos la cuchara y lo dejemos caer desde lo alto, caiga lentamente
como una hebra, sin romperse. Esto lo obtendremos con unos 15-20 min
aproximadamente. Dejamos enfriar.
Para el caramelo, ponemos en otro
cazo los 100 gr de azúcar con las 4 cucharadas de agua y vamos removiendo,
hasta conseguir un color dorado. Cuando ya lo tengamos lo repartimos entre los
6 moldes o si preferimos usar un molde grande, lo ponemos todo.
Batimos las yemas con el huevo.
Cuando esté bien mezclado, añadimos el almíbar frío poco a poco, sin dejar de
remover. Después de esto, debemos colar la mezcla para evitar los grumos y
después ya podemos repartirla entre los moldes.
Procedemos a cocerlo al baño
maría. Colocamos los moldes pequeños en una bandeja grande y honda, a la que le
pondremos agua caliente. Lo introducimos al horno precalentado a 180ºC durante
30-35 minutos. Conviene introducir un palillo, y si sale limpio es que ya lo
tenemos listo.
Sacamos del horno y cubrimos con
un paño húmedo para que no se reseque la superficie, hasta que enfríe. Después
lo podremos poner en la nevera ya que se sirve bien frío.
Para desmoldarlos, basta con
pasar un cuchillo por los bordes y sale fácilmente. Podemos decorar con unos
piñones tostados o con alguna hojita de menta.
Como me gusta el tocinillo, que fineza tiene este dulce, me encanta, y a ti te ha quedado perecto, madre mia me comeria un par de ellos...Bess
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